Violencia es producto de un sistema estructural de opresión de género
- El origen de la violencia familiar o doméstica está vinculado al desequilibrio de las relaciones de poder entre hombres y mujeres en los ámbitos social, económico, político y religioso.
Toluca, Méx. – 21 de noviembre de 2020. La violencia es producto de un sistema estructural de opresión de género, no es casual ni coyuntural y se ejerce como reflejo por excelencia de la dominación masculina, indicó la especialista, Geru Aparicio Aviña, en la Universidad Autónoma del Estado de México.
En el marco de las actividades que realiza la Coordinación Institucional de Equidad de Género (CIEG) de la UAEM, la especialista en criminología y tanatología dictó la conferencia virtual “Feminicidio desde la perspectiva victimológica”, en la que detalló que el origen de la violencia familiar o doméstica está vinculado al desequilibrio de las relaciones de poder entre hombres y mujeres en los ámbitos social, económico, político y religioso.
“Este desequilibrio fomenta y justifica las desigualdades y el dominio de los hombres sobre las mujeres. El ejercicio de violencia es una forma de mantener tal dominación, de aparentemente resolver los conflictos y responder a los cambios, avances y autodeterminaciones de las mujeres”.
Refirió que los victimarios consideran que tienen el derecho de controlar el cuerpo de la mujer y disponer de su vida, que es algo de su posesión. El feminicidio se produce como consecuencia última de un intento explícito del agresor por controlar a la mujer, su cuerpo y sus actuaciones.
La especialista agregó que los estudios refieren que los hombres que asesinan tienen la tendencia a visualizar y pensar en las mujeres como parte de la adquisición de los derechos masculinos sobre la sexualidad y la capacidad reproductiva de las mujeres.
Aseveró que la identificación y prevención de la violencia feminicida supone contar con elementos para el análisis y comprensión en distintas disciplinas y habilidades como la antropología, derecho, victimología, psicología, sociología y, por supuesto, la perspectiva de género y derechos humanos, con la intención de reconocer las situaciones de menoscabo, vulneración y riesgo en que viven las mujeres, con la intención de crear estrategias necesarias y adecuadas para la protección de su vida e integridad.