¡Que no haya un niño sin escuela en Chimalhuacán!

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Con ese pensamiento humanista, quizás emulando en la modestia de su alcance a las naciones que han puesto todo su esfuerzo en tener las mejores escuelas para sus niños, fue la guía que en menos de 20 años se creara la infraestructura educativa más impresionante en un municipio segregado por mucho tiempo como atrasado y en pobreza extrema: Chimalhuacán. En el año 2000 se inició un ambicioso proyecto, que se llamó Proyecto Nuevo Chimalhuacán, al que se sumaron un centenar de organizaciones sociales que se identificaban con la propuesta de trabajo y pensamiento: hacer de este municipio una ciudad prospera y con las condiciones necesarias para vivir. Lo primero era resolver la infraestructura urbana que le permitiera a sus habitantes tener acceso a los servicios elementales: pavimentación de calles, introducción de redes de agua potable y drenaje, electrificar colonias e la instalación de luminarias para el alumbrado público, a finales de la primer década del presente siglo prácticamente se había terminado de dotar todos esos servicios, que se logró gracias al apoyo de la ciudadanía a su gobierno al momento de dar la pelea por la asignación presupuestaria ante las instancias estatales y federales. A la par de obras también se empezaron a dar solución a otras prioridades, como el transporte a la Ciudad de México, a donde se dirigen la inmensa mayoría de los chimalhuacanos a su trabajo o escuela, dada la carencia de centros fabriles o escuelas de nivel superior en la demarcación, el 30 de abril de 2013 fue inaugurado el Mexibus, cuyo derrotero inicial fue de Chimalhuacán al Metro Pantitlán, en el 2021 se levantó bandera blanca en el tema del agua potable, por mencionar alguno los logros más destacados en lo que se refiere a la infraestructura urbana.

Se construyeron obras que como el Guerrero Chimalli (2014), obra del reconocido artista plástico conocido como Sebastian; el Planetario Digital de Chimalhuacán (2018), dentro de los 5 más importantes de Latinoamérica; el Teatro Auditorio Nezahualcóyotl Acolmixtli (2016), con aforo para 1,800 espectadores; el Parque Ecoturístico de Chimalhuacán (2119), que cuenta con un lago artificial, con embarcadero, aviario, granja didáctica, y como vecinos el planetario de referencia y la Alberca Olímpica “Noé Hernández”, la crítica buena y mala hizo su juicio en su momento, pero las obras ahí están para la posteridad y el servicio de los chimalhuaquenses, otras de igual importancia se realizaron, el espacio no da para más. Desde iniciada los trabajos del Proyecto Nuevo Chimalhuacán la educación ocupó un primerísimo lugar en las necesidades por resolver, sirva de ejemplo la puesta en marcha del método cubano de alfabetización, “Yo sí puedo”, que permitió a la población aprender a leer y escribir y es en 2016 cuando se logra el reconocimiento de levantar bandera blanca en contra del analfabetismo. La situación de las escuela no eran mejores: aulas con paredes y techos de lámina de cartón, algunos tomaban clases debajo de un árbol, la inmensa mayoría no contaba con servicios sanitarios, ni agua, ni drenaje, no contaban con energía eléctrica. En los primeros 10 años las escuelas de nivel preescolar, primaria y medio superior, en su mayoría, ya contaban con aulas Tipo C, su barda perimetral, con servicios de agua potable y drenaje.

Faltaba lo más importante, dar continuidad al proceso educativo, cerrar la pinza, como se dice coloquialmente: eran necesario construir escuelas de nivel superior y en este periodo de 20 años se construyó el Tecnológico de Estudios Superiores de Chimalhuacán (TESCHI); la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), campus Chimalhuacán; el Centro Universitario de Chimalhuacán (CUCh), un campus de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) con licenciaturas en línea y asesorías sabatinas; la Universidad Politécnica de Chimalhuacán (UPCHi); el Centro Universitario Tlacaélel (CUT); la Escuela de Bellas Artes “Humberto Vidal” (ESBA), estos dos últimos hicieron compañía a la solitaria Escuela Normal Ignacio Manuel Altamirano (ENIMA) fundada en 1994, de creación y dirección antorchista, que por muchos años fue la única escuela de nivel superior en este municipio. Así, de contar con sólo una escuela de nivel superior, la ENIMA), en el 2000, para el 2020 se sumaron seis instituciones de nivel superior, todas con claves de centro de trabajo (CCT) y reconocimiento oficial, con reconocida planta docente y de calidad educativa. 

La UNAM, a través del Sistema Universidad Abierta y Educación a Distancia (SUAyED) imparte en el CUCh, es uno de los cuatro centros que tiene en todo el país, y ofrece 11 licenciaturas (Ciencias políticas, Contaduría, Administración, Derecho, Enfermería y obstetricia, Trabajo social,  Psicología, Sociología, Ciencias de la Comunicación, Diseño y Comunicación Visual, e Informática); la UAEM Chimalhuacán ofrece siete licenciatura (Seguridad Ciudadana, Administración y Promoción de la Obra Urbana, Trabajo Social, Turismo, Educación, Derecho y, quizás la más importante sin menoscabo de las otras, Médico Cirujano), el TESCHI imparte cinco ingenierías (Animación Digital y Efectos Visuales, Sistemas computacionales, Industrial, Mecatrónica, Química), dos licenciaturas (Administración y Gastronomía), así como un Posgrado en Administración; De las escuelas que organizó, construyó y están bajo la responsabilidad directiva de Antorcha Magisterial, está la ENIMA, donde se han formado profesores, desde hace casi 30 años, que una vez concluida su formación académica son el apoyo fundamental en la formación de la planta docente de muchas de las escuelas de todos los niveles de la Zona Oriente del Valle de México, particularmente Ixtapaluca y Chimalhuacán. En la actualidad ofrece el estudio para seis licenciaturas (Educación Física, Educación Primaria, Educación Preescolar, Matemáticas Secundaria, Español Secundaria, e Inglés. El CUT, campus Chimalhuacán imparte las licenciaturas (Psicología, Ciencias de la Comunicación, Diseño y Comunicación Social, Ciencias Políticas, Derecho, Informática, Contaduría, Sociología, Administración, y Trabajo Social), junto con estas dos instituciones está la ESBA, donde se estudia la licenciatura en Interpretación Dancística del Folclore Mexicano, así como tres carreras técnicas de tres años de duración (Música, Artes Plásticas y Danza Folclórica Mexicana). Como agregado valioso, el “plus” como se le dice coloquialmente, estas instituciones imparten de forma extracurricular a sus estudiantes los talleres deportivos, de música, de danza, poesía y teatro, que les permite tener grupos culturales y deportivos de alta calidad, que adornan los eventos en colonias populares o pueblos que los invitan o en encuentros de distintas de distintas disciplinas con un alto grado de competitividad.

Este compendio educativo concluye con la UPCHi, donde además de ofrecer tres ingeniarías (Civil, Logística y Transporte, y Sistemas Estratégicos de Información) y dos licenciaturas (Administración y Gestión Empresarial y Terapia Física). De casi medio centenar de licenciaturas que se pueden estudiar en este municipio, otrora falto de oportunidades, mención especial merece la licenciatura en Terapia Física de la UPCHi, sus estudiantes y docentes, a través de vinculación institucional, ofrece, por el momento, terapias físicas a la ciudadanía con resultados sorprendentes: Doña María Esther, después sufrir un infarto cerebral perdió la movilidad de sus extremidades, quedó con parálisis, en dos meses las manos mágicas de los terapeutas, alumnos y tutores, la volvieron a la vida, nuevamente camina; Maya, invidente de 19 años, sin habla, ahora se puede comunicar con sus semejantes con su propia voz. Así nos llevaría hojas y más hojas relatar las historia de éxito, en suplencia del Centro de Integración y Rehabilitación de Chimalhuacán (CRIS) que dejó de atender eficientemente este tipo de enfermedades y deficiencias, por la improvisación de su personal, administrativo y médico, ya hablaremos de eso.

Con la firme convicción que la educación es la verdadera arma para llevar a nuestro país a mejores rumbos, pero principalmente, dar a la población la oportunidad de leer y escribir, y que sus hijos, nuestros hijos, tengan la oportunidad de estudiar alguna profesión de reconocida calidad, que les permita enfrentar de mejor manera los avatares de la vida, desde donde surja, más tarde que temprano, la posibilidad de cambiar el México, el mundo, en que vivimos. ¡Que no ni un niño sin escuela en Chimalhuacán! Ese fue el incentivo para la construcción de tantas escuelas de nivel superior en este municipio. Que este documento sirva para ejemplificar que este desarrollo educativo para los chimalhuacanos, es sólo una muestra de lo que se puede realizar cuando un gobierno, de verdadero arraigo popular, lo puede llevar por mejores caminos, no es el abstracto “gobierno para el pueblo”, es una realidad, con resultados contantes y sonantes. Vamos en la ruta correcta, esperamos que Chimalhuacán vuelva por esta ruta.

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