Desempleo y educación
Antonio Zacarías
De los múltiples males que trajo consigo el Covid-19, sin lugar a dudas, es el desempleo el que más lastima a los mexicanos. Durante los meses que duró el confinamiento voluntario, se registró una disminución drástica en el número de personas que contaban con un trabajo, así lo registra la Encuesta Telefónica de Ocupación y Empleo, que reportó que la Población Económicamente Activa pasó de 57.4 millones de personas en marzo a 45.4 millones en abril, cifra no definitiva, pues hay quien estima que, para finales de año, el numero de desempleados podría aumentar hasta en 16 millones. Las personas entre 25 y 44 años fueron las mas afectadas, pues en este rango de edades ya se registraban 780,000 desempleados, esta cifra creció hasta alcanzar 1.4 millones, dicho aumento representa un incremento de 44%. El segundo grupo afectado fue el de 45 a 64 años y en tercer lugar se colocó de 15 a 24 años, explicó Edgar Vielma, director general de Estadísticas Sociodemográficas del Inegi. Desafortunadamente, esta situación traerá consigo el encarecimiento de la vida de las familias mexicanas y junto con ello crecerán los males sociales que resultan del desempleo. Tan solo en la CDMX son remitidos por robo, narcomenudeo, portación de arma de fuego a menores de entre 15 y 17 años.
Entre la población, existe la idea de que, al contar con mayor nivel educativo, obtendrán un buen trabajo y una buena remuneración; sin embargo, los datos hacen que esta idea resulte falsa, pues de acuerdo con la OCDE, de los 15 millones de mexicanos con formación universitaria, 5.4 millones no ejercen y 3.3 millones están desempleados y de los que sí trabajan en el ambito de su profesión el 38% ganan seis mil pesos mensuales. Es una verdadera calamidad que los profesionistas -que tanto hacen falta para el desarrollo del país-no puedan encontrar un espacio para desempeñar su profesion y es igual de terrible el que los pocos que si logran ejercer su profesion reciban salarios tan magros. A todas luces es evidente la falta de una política que involucre a los profesionistas en el desarrollo económico y social de México.
En el territorio mexiquense, la situación es igual de alarmante. Según los datos de la Secretaria de Trabajo y Previsión Social, en el Estado de México la población desocupada asciende a 425,671 a esta cantidad ha de sumarsele 251,219 personas que trabajan, pero no reciben pago alguno; los datos de esta Secretaría, ponen de manifiesto que el desempleo no es un fenómeno que solo alcance a los mexiquenses que tienen bajo nivel de instrucción, pues según sus datos el 47% de desempleados cursaron la primaria o la secundaria, en contraste el 16% de los sin trabajo cursó la preparatoria y el 38% cuenta con una licenciatura, dicho en otros términos, los que poseen mayor nivel educativo son los más afectados por el desempleo. Aquellos que logran encontrar empleo (en el ámbito de su profesión o fuera de ella) acceden a dos o tres salarios mínimos y en promedio los hombres ganan más que las mujeres, los primeros registran ingresos de hasta 6 mil 500 mensuales mientras que las mujeres ganan hasta 5 mil pesos en promedio.
A pesar de lo grave de estas cifras el gobierno del Estado de México se empeña en dejar sin salario y sin seguridad laboral a 702 profesionistas que prestan sus servicios como docentes, este hecho por sí solo es grave; sin embargo, no es el único problema que enfrentan los profesionista en esta entidad, a esta problemática hay que sumarle el que, cada que concluye un ciclo escolar un numeroso y creciente grupo de profesionistas padecen la incertidumbre de si serán o no contratados para seguir desempeñándose como docentes. Para este año escolar 615 docentes de todos los niveles educativos que a pesar de llevar años prestando sus servicios a cerca de 18 mil estudiantes -de los municipios más marginados- volveran a sus labores sin la posibilidad de acceder a una plaza permanente, se le seguirá negando la basificación y, al negárseles este derecho, los funcionarios del Edoméx atropellan el derecho de los docentes a acceder a la seguridad laboral.
Por otro lado, habrá que señalar que en el tema salarial la cosa tampoco pinta bien para el gremio magisterial. Para este periodo el gobierno del estado llegó al acuerdo con el Sindicato de maestros al servicio del Estado de México de que habrá un aumento salarial del 3.4% sobre sueldo base, mísero y mañoso aumento, si consideramos que la inflación en los últimos meses ha sido del 3.5%.
Queda claro que no hay indicios de que el gobierno federal o el del Estado de México se preocupen por el desempleo galopante y el encarecimiento de la vida por lo raquítico de los salarios. Ante esta situación la única alternativa es: seguir luchando por mejores condiciones laborales y salariales y, al mismo tiempo continuar trabajando para llegar al poder del país, para impulsar las medidas necesarias para generar los empleos que tanto se necesitan.