Miguel Barbosa, Santiago Nieto y el terrorismo mediático

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Lirio Dení García Córdova

El pasado lunes 17 de agosto, en un video que se difundió en varios medios de comunicación y en redes sociales, el titular de la Unidad de Investigación Financiera, Santiago Nieto Castillo, declara que la dependencia a su cargo, en colaboración con la Fiscalía del estado de Puebla, había congelado varias cuentas de dirigentes de Antorcha, “esta organización que al margen de la ley habría recibido recursos en efectivo”, sin presentar ninguna prueba para sostener esta afirmación, ni otra que había hecho antes: recuérdese que cuando el tema en boga era el robo de hidrocarburos, también acusó mediáticamente a la misma organización de ser partícipe del huachicol, sin demostrarlo. Ha pasado más de un año desde entonces.

Es necesario señalar a los lectores que estas acusaciones, violatorias a todas luces del debido proceso legal, no responden a un delito comprobado, sino a una campaña mediática premeditada para desprestigiar al Movimiento Antorchista, que tiene presencia nacional, con particular fuerza en el estado de Puebla, y ha mantenido una postura crítica ante las malas prácticas políticas tanto de la 4T como del gobernador Miguel Ángel Barbosa. ¿Cuál es el trasfondo de este golpeteo mediático? Cito para efecto de respuesta, los siguientes hechos:

Primero: Antorcha sostuvo plantones durante varios días frente a la Cámara de diputados en el mes de diciembre de 2018 y diciembre de 2019, en los que evidenció los recortes presupuestarios a rubros esenciales para la vida de los mexicanos, entre ellos al campo, la vivienda, la obra pública y la cultura, así como contra la desaparición del ramo 23, que permitía a los municipios invertir en obra social de primer orden para los ciudadanos bajo su cargo.

Segundo: desde principios de la pandemia, la organización inició una campaña nacional para exigir una canasta básica de alimentos para que los sectores más vulnerables de la sociedad recibieran un apoyo indispensable para sobrellevar la crisis sin tener que exponerse, en el momento más crítico, al posible contagio de Covid-19 saliendo a la calle a ganarse el pan y la sal. Esta campaña fue documentada por varios medios locales. La protesta no fue atendida por el gobierno.

Tercero: el año pasado, el Movimiento Antorchista Poblano (MAP) presentó oficialmente su solicitud de registro como Partido Político con miras a las elecciones del 2021, mismo que le fue negado bajo argucias legales que quedaron evidenciadas como maniobras políticas, al comprobar que había cumplido con todos los requisitos solicitados por el Instituto Electoral Estatal del estado (IEEP).

Ante estas acciones y desde los primeros días en el poder, el Gobierno Federal inició una campaña de desgaste y desprestigio en contra de la organización, entre las que destacan las ya citadas declaraciones de Santiago Nieto, sin sustento ni demostración, que han servido como distractores y como terrorismo político para agredir a los opositores de la 4T. Ante cada denuncia del Movimiento Antorchista, lejos de revisar y constatar la legitimidad de las demandas o las críticas, se ha respondido con golpes mediáticos para promover el linchamiento de la opinión pública.

En Puebla se denunció en tiempo y forma la intervención del gobernador en el proceso para la conformación del MAP en partido estatal, así como la cadena de atropellos cometidos como el bloqueo presupuestario a los municipios gobernados por antorchistas y la orden de aprehensión de Rosario Sánchez, integrante del Comité estatal en Puebla.

Los constantes y arteros ataques en contra de esta organización con sólido arraigo social, que a pesar del conocido tsunami morenista en 2018, logró sostener sus bastiones políticos y, además, ganar nuevas presidencias municipales, exhiben el verdadero temor que el partido en el poder, con sus representaciones estatal y federal, le tienen, ante el panorama que ofrecen las elecciones de 2021.

A casi dos años de gobierno, el lamentable manejo que ha tenido la actual administración de la pandemia ante el Covid-19 ha acumulado 57,774 muertos; la economía reporta nulo crecimiento, a pesar de haber prometido el 6% anual en campaña; la promesa de retirar al ejército de las calles quedó evidenciada como un discurso demagógico, pues hoy por hoy, el ejército cuenta con más presencia que en cualquier otro sexenio; no bajaron los precios de los combustibles; el gobierno volvió a endeudar al país con el reciente préstamo que solicitaron a al Banco Mundial por 1000 millones de pesos; desaparecieron las dependencias de apoyo a las mujeres maltratadas cuando los feminicidios y la violencia se incrementaron notablemente en la pandemia, y podemos seguir…

La rifa del avión y las declaraciones de Lozoya (en las que por cierto aparece Luis Miguel Barbosa, ¡vaya cinismo!), no son suficientes para ocultar el cochinero en el que el actual gobierno tiene sumido al país. Es necesario eliminar a las opciones que pueden representar una alternativa para los inconformes, a quienes tienen estructura y base social, a quienes se perfilan como fuertes opositores para 2021, y en esa lista se encuentra, en primera fila, el Movimiento Antorchista Nacional. Sin embargo, aunque para los lectores políticos y la población medianamente informada, esta sucia jugarreta no pasa desapercibida, es deber civil dejárselo claro a toda la sociedad mexicana. El futuro del país, le va en ello. Sea.

 

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